Cuando llevas tiempo en el mundo de las Altas Capacidades no sabes bien si utilizas este término de manera correcta o quizás deberías hablar de Superdotación Intelectual, aunque cuando nos referimos a las personas lo habitual es que nos dirijamos a ellas como superdotados.
Personalmente he venido utilizando el término Altas Capacidades entendiendo que era políticamente más correcto y que quizás hablar de Superdotación implicaba cierto grado de superioridad.
Además, en mi evaluación me especificaron claramente que tenía Altas Capacidades pero que no era superdotada porque mi CI había sido de tan sólo 120. Un axioma que asumí así, tal cual.
Sin embargo, cuanto más investigo y aprendo sobre las Altas Capacidades más dudas tengo sobre este diagnóstico, y casi podría asegurar que sí soy superdotada.
Está bien, lo entiendo. Si hasta a mí me chirría decirlo así, tal cual, sin paños calientes. Y, por supuesto, me siento más cómoda sosteniendo que sólo tengo altas capacidades, porque es una afirmación más humilde y lo anterior, al fin y al cabo, no es más que una mera suposición.
Pero es lo que siento.
No hago más que darle vueltas a cómo estaba cuando me evalué, desesperada por encontrar respuestas y en un estado emocional desconcertante.
¿Y el modo?
¡Lo hice por Skype y con más nervios que si estuviera a punto de ganar el Pasapalabra!
Hubo momentos en los que era incapaz de reconocer las imágenes del test de inteligencia que me mostraba la pantalla del portátil y otros en los que ni siquiera oía la voz de la sicóloga clínica.
Decir que me bloqueé mentalmente es quedarse corto. Aún me parece un milagro no haber dado un resultado negativo…
Así que le he dado vueltas y vueltas a la idea de volver a evaluarme, eso sí, esta vez bajo las condiciones adecuadas: de forma presencial y en un estado emocional de mayor calma, que a mí siempre se me han dado mejor las distancias cortas, todo hay que decirlo.
Quizás con suerte la próxima vez el resultado sea distinto, logre mi ansiado CI superior a 130 y con ello mi llave para entrar en Mensa.
¡Ála, el elitismo intelectual elevado a la enésima potencia!
Y a una mala, si lo hiciera aún peor no invalidaría el primer resultado, ya que no recuerdo dónde leí que si se hacen varios test es el de mayor puntuación el que se tiene en cuenta.
Bueno. Y todo esto de contar mi vida y milagros, ¿A qué viene?
Pues al hecho de haber asumido hasta ahora que existe realmente una diferencia entre tener Altas Capacidades y ser superdotado, y que además el único modo de saberlo con exactitud es a través del resultado de un test de inteligencia.
Casi nada…
¿Existe alguna diferencia entre tener Altas Capacidades o Superdotación?
Pues sí y no. Depende del prisma con que se mire porque en la actualidad hay diversas posturas y no existe unanimidad.
Cito textualmente la aclaración que Jose Luis Sánchez, autor del blog Incansable Aspersor, me ha dado en relación a las visiones que hay:
- Psicométrica jerárquica: Altas Capacidades si CI ≥ 120 y Superdotación con CI ≥ 130.
- Psicométrica reduccionista: Altas Capacidades = Superdotación y si CI ≥ 130.
- Cognitiva: Altas Capacidades = Superdotación + Talento Simple + Talento complejo + Precocidad
- Otras…
Para quienes no tenemos mucha idea, no somos psicólogos clínicos especializados ni intención alguna de serlo, entender por qué pasa esto es simplemente una auténtica locura, pero es lo que hay.
Visión psicométrica Jerárquica
Esta visión establece una jerarquía en función del CI que se tenga, de tal forma que si éste es igual o superior a 120 dictamina que tienes Altas Capacidades y, si es igual o superior a 130, entonces eres Superdotado.
Aún es más, algunos apuntan que si tu CI está entre 130 y 144 tu Superdotación Intelectual es Moderada, entre 145 y 159 es Alta, de 160 y 174 excepcional y si iguala o supera el 175 agárrate los machos porque tienes Superdotación Intelectual Profunda y eres uno de los 2.000 privilegiados de este inmenso mundo que la tiene.
¡Y entre 7.550 millones de personas que somos pues tú dirás!
Esta es una postura unidimensional que no a todo el mundo gusta.
– ¿Qué es muy cómodo saber tu CI y apuntarte a este u otro grupo?
– Pues supongo que sí.
– Pero ¿Y si tu CI no está bien interpretado?
– ¿Y si tienes 129 y no 130?
– Complicado…
Y además en cierta forma este sistema promueve la alta competitividad entre los propios miembros.
Hace unos meses hablaba con un médico sobre el tema de las Altas Capacidades de mi hija y lo primero que me preguntó fue por su CI, tras confesarme que él también era superdotado y que tenía un CI de 154 o más (no lo recuerdo con exactitud). Fue un niño prodigio -según me contó- que a muy temprana edad entró en la universidad.
Lo relevante no es que fuera un pequeño genio, sino que al responder a su pregunta y comprobar que su CI era muy superior al de ella tuve la impresión de ver una cierta mirada de condescendencia que decía ¡Bah, si ese CI no es para tanto!
Dentro de este mundo, lo admitamos o no, hay padres que destacan el CI de sus hijos por encima de todo, como si ésa fuera la única vara de medir.
Entiendo que no lo hacen por figurar, sino porque piensan que si el CI de su hijo es mayor, mayores son sus problemas y sus necesidades.
No, no ayuda.
Y no lo hace porque en función del resultado luego te debates entre la duda, te cuestionas, te preguntas si es cierto que como tu test no dió un determinado CI igual no eres, aunque crees que eres, pero no eres, y
¿Esto es realmente lo importante?
¿Puede un CI identificarte con tanta facilidad?
No. Y no debe servir como escudo para los docentes. Y no porque no sea un método orientativo adecuado, sino porque no es la única vara de medir, aunque esto es harina de otro costal.
La visión psicométrica reduccionista
Esta postura dictamina que mientras tengas un CI mayor o igual a 130 igual da que digas que tienes Altas Capacidades o que lo tuyo es Alta Dotación o Superdotación.
También añade que además de este CI debes poseer una alta creatividad y una gran implicación en la tarea.
Esta postura es una especie de híbrido entre el modelo psicométrico jerárquico y el modelo Renzulli de los tres anillos, pero en realidad nada que ver con este último.
Renzulli no habla de superdotación, sino de un comportamiento superdotado.
“El rendimiento superior lo posibilita la interacción de tres conjuntos de rasgos: una capacidad por encima de la media (entendida aptitudinalmente tanto a nivel general como específico), el compromiso con la tarea (conjunto de rasgos no intelectivos como la perseverancia, la determinación o la capacidad de sacrificio) y la creatividad (conjunto de características que engloban la curiosidad, la originalidad o la propensión a cuestionar las convenciones sociales)”.
Definición de Joseph Renzulli (2015, adaptación)
La visión cognitiva
La visión cognitiva es la que en teoría se utiliza hoy para la identificación y evaluación educativas. Quizás por ser más sensata, ya que engloba dentro del conjunto de las Altas Capacidades todos los adjetivos posibles: superdotación, talentos simples y complejos, precocidad… con el objetivo de que todos los niños en edad escolar sean atendidos debidamente.
Esta visión está fundamentalmente apoyada en la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner, que defiende que nuestra inteligencia no es única, que no se puede medir exclusivamente por un CI, y que
«la cuestión es descubrir cómo aprende una persona, descubrir sus pasiones, que son muy importantes, y utilizar todos los recursos humanos y tecnológicos que nos sirvan de ayuda».
«Si crees en una inteligencia única, lo que quieres decir es que tienes un solo ordenador en el cráneo. Si ese ordenador funciona y es eficiente y rápido, no comete muchos errores, eres bueno en todo. En cambio, si funciona a trompicones, entras dentro de la media y, si va lento y comete muchos errores, es que eres estúpido.
La reivindicación de las inteligencias múltiples es que tenemos una serie de ordenadores independientes: uno se encarga de la información musical, otro de la información espacial, otro de la información corporal.
Por supuesto, no es un ordenador pequeño, no tenemos una lata vacía aquí dentro, pero es un argumento que los cerebros son muy diferentes y pensar que solo hacen una cosa no es correcto».
Howard Gardner. Fuente: Video Redes 114
Todo esto dista de ser algo sencillo porque frecuentemente salen nuevas investigaciones que amplían o modifican estas posturas y el nivel entre la investigación, la educación y la política no es el mismo.
Dicho todo esto, en realidad sí podríamos afirmar que existe cierta diferencia entre tener Altas Capacidades y Superdotación, ya que basándonos en el modelo cognitivo -el más utilizado hoy en día- lo segundo es un subgrupo del primero, y podemos utilizar ambos en función del contexto.
Aun así, tener o no tener, ser o no ser, no es lo importante. Cada uno sabe quién es y si no lo sabe… debe empezar a averiguarlo.
Pues si, más que nada porque el sufrimiento es un compañero eterno en el viaje de la vida, pero no tiene por qué ser el único, esa es la magia de vivirla.
Gracias por el post. Me ha gustado mucho.
Es muy difícil catalogar y agrupar a las personas, pero parece que nos encanta hacerlo.
«Cada uno sabe quien es y si no, debe empezar a averiguarlo», que buena frase. Algunos estamos en ello y éstos post ayudan mucho.
Todo es tan relativo y con tantas «aristas», que cuesta encontrar el camino, sobre todo el o los que ayuden a sufrir lo menos posible en esta vida tan extraña.
Muchas gracias y un abrazo:
Natxo